DE REGRESO

Disculparán ustedes la ausencia, pero la salud a veces nos obliga en forma urgente a atendernos, por lo que nos llevamos cada susto que para que les cuento y si de paso se les olvida pagar el internet, pues difícilmente podrán seguir escribiendo.

Afortunadamente tuve tiempo para leer todo tipo de panfletos y medios impresos que se reparten a diestra y siniestra por todos el territorio veracruzano y pude constatar el repudio real que existe hacia la actual Secretaria de Desarrollo Social y Medio Ambiente. Esta actitud de rechazo no es única de ciertos medios, sino también en el medio político donde alcaldes, diputados y buen sin número de funcionarios están hartos de Doña Chivis.

Por otro lado es increíble la impunidad con que se puede sentar en una mesa de lunes de puertas abiertas, mientras sigue haciendo tratos sucios con el ex Coordinador del Medio Ambiente, el Dr. Eduardo Córdoba Castillo quien ahora que corrieron a su compañero de correrías el Biólogo Alejandro, lo incorporó de inmediato a colaborar con él y así continuar manejando los fuertes negocios que la Sra. Domínguez López le encarga. Si usted anda buscando al Dr. Córdoba para que reclamarle algún daño, lo puede usted esperar en la SEDESMA, al fin que siempre lo verá haciendo antesala para reportar a su jefa del alma todos los asuntos pendientes en relación a sus negocios con los centros de verificación vehicular y los terrenos de la antigua azufrera.

Los malos manejos siguen y siguen, pero lo que Silvia no alcanza a entender es que ya nadie la quiere, para el Estado de Veracruz y los Veracruzanos representa tan sólo un gran lastre. Nada ha hecho en favor de los pobres, nada ha podido resolver por cuenta propia. Desde que llegó se dedicó a grillar en contra de todo aquel que fuera amigo de Fidel, y claro, a proteger a todos sus compinches para aprovechar y llevarse todo lo que pueda. Silvia debería recordar cuando era mujer muy pobre y se dedicaba a vender las prendas que su hermano tejía (si, leyó usted bien, su hermano era el que tejía) en su máquina, así obtenía su dinerito, vendía chalequitos, suéteres, y todo lo que usted pudiera necesitar.

De todos es sabido que ella siempre ha permanecido en la oficina hasta altas horas de la noche, pero mi amiga Chivis, por favor entiende que no se trata de simplemente estar, sino de trabajar y resolver, por desgracia AÚN DESPUES DE TANTOS AÑOS VIVIENDO DEL PRESUPUESTO, estas dos cosas las desconoces